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1509,00 € Solicitar un presupuestoEl decreto REUSE es un marco reglamentario francés destinado a fomentar la reutilización de las aguas residuales depuradas (REUT) para usos agrícolas, industriales o urbanos. Este reglamento establece las normas de calidad y los procedimientos que deben seguirse para proteger la salud y el medio ambiente, optimizando al mismo tiempo los recursos hídricos.
Esencial para preservar el agua dulce, la reutilización de las aguas residuales contribuye a la sostenibilidad industrial, agrícola y urbana.
En este artículo, examinamos las ventajas, normativas, tecnologías y soluciones en torno a esta práctica cada vez más fundamental para el "reciclaje" de los recursos hídricos y la "reutilización" de las aguas residuales depuradas, así como la importancia del concepto "Reutilización".
La industria es uno de los mayores consumidores de agua del mundo, con cerca del 25% de la demanda mundial. La reutilización de aguas residuales depuradas en este sector ofrece la oportunidad de reducir el consumo de agua dulce y mejorar la sostenibilidad de las actividades industriales. En épocas de sequía, esta práctica también contribuye a garantizar la viabilidad a largo plazo de las operaciones industriales.
Las ventajas de este planteamiento son múltiples, desde la reducción de los costes de tratamiento del agua hasta la disminución de la presión sobre los recursos naturales. La reutilización del agua puede optimizarse utilizando tecnologías avanzadas y casos prácticos de éxito, como veremos en los siguientes apartados.
Las tecnologías de tratamiento de aguas residuales para uso industrial son variadas y sofisticadas. Los sistemas de tratamiento multibarrera permiten producir un nuevo recurso prácticamente inagotable a partir de las aguas residuales. Las aguas residuales tratadas pueden desinfectarse mediante irradiación UV y/o medios químicos, lo que garantiza un agua limpia y segura para su reutilización industrial.
El agua industrial, a menudo contaminada por sustancias químicas, requiere tecnologías especializadas para tratarla antes de su reutilización. Estas tecnologías no solo purifican el agua, sino que también recuperan elementos valiosos, contribuyendo así a una economía circular.
Los estudios de casos industriales demuestran que controlar las concentraciones de calcio, magnesio y sílice es esencial para limitar los riesgos asociados al uso de agua reciclada en calderas industriales. Controlando estos parámetros, las industrias pueden evitar problemas de corrosión y depósitos, garantizando un uso seguro y eficiente del agua reciclada.
La agricultura es el mayor consumidor de agua del mundo, con cerca del 70% de la demanda mundial. La reutilización de aguas residuales depuradas para el riego agrícola ofrece una solución sostenible a la creciente escasez de recursos de agua dulce, agravada por las sequías y el cambio climático. Mediante el uso de aguas residuales tratadas, los agricultores no sólo pueden conservar el agua dulce, sino también mejorar la seguridad alimentaria.
Esta práctica tiene importantes beneficios económicos y medioambientales. Las aguas residuales tratadas suelen contener nutrientes beneficiosos para los cultivos y la biodiversidad, lo que reduce la necesidad de fertilizantes químicos. Además, la reutilización de estas aguas limita el uso de pesticidas y otros insumos tóxicos, protegiendo así el suelo y los cultivos.
Los beneficios económicos y medioambientales de la reutilización de las aguas residuales en la agricultura son numerosos:
Las aguas residuales tratadas contienen materia orgánica que puede limitar el uso de pesticidas y otros insumos tóxicos, con efectos positivos para la salud pública. Además, la reutilización de las aguas residuales puede ayudar a reducir los costes asociados al tratamiento y la distribución del agua.
Ejemplos concretos demuestran que las aguas residuales tratadas son más ricas en nutrientes, lo que reduce la necesidad de fertilizantes para los cultivos. Esta riqueza en nutrientes no sólo mejora el rendimiento de los cultivos, sino que también reduce los costes asociados a la compra de fertilizantes químicos, ofreciendo una solución económica y respetuosa con el medio ambiente para el riego agrícola.
En los entornos urbanos, las aguas residuales tratadas procedentes de la lluvia, por ejemplo, pueden reutilizarse para usos no potables, como el riego de zonas verdes y la limpieza de las calles. Esta práctica reduce el consumo de agua potable, preservando los recursos de agua dulce para usos más críticos. Las aguas residuales tratadas también pueden utilizarse para aplicaciones como el riego de zonas verdes, la limpieza de tuberías de alcantarillado, la climatización de edificios, el suministro de instalaciones de ocio para campos de golf y el lavado de carreteras y vehículos.
La aplicación de esta práctica requiere una infraestructura adecuada, incluida una doble red de distribución para evitar la contaminación. Además, unos requisitos estrictos de desinfección y control de calidad son esenciales para garantizar la seguridad de estos usos.
Para la distribución de las aguas residuales depuradas es indispensable una red separada de la red de agua potable. Esta infraestructura incluye sistemas de distribución específicos que evitan cualquier contaminación cruzada con el agua potable.
Las aguas negras, que contienen materias fecales y orina, requieren un tratamiento complejo antes de poder ser reutilizadas con fines no potables.
Los requisitos de seguridad y calidad para los usos urbanos no potables incluyen un tratamiento adicional de filtración y desinfección tras el tratamiento biológico.
Se recomienda un control estricto y regular de los sistemas de distribución para garantizar la calidad microbiológica del agua. Estas medidas garantizan que las aguas residuales reutilizadas sean seguras para aplicaciones urbanas, protegiendo así la salud pública.
La reutilización de aguas residuales para la producción de agua potable es una práctica prometedora pero técnicamente compleja. Requiere métodos avanzados para eliminar los contaminantes y garantizar la seguridad del agua producida. Aunque este enfoque se está adoptando en algunas regiones, se enfrenta a limitaciones psicológicas y culturales, ya que las aguas residuales suelen percibirse como insalubres e irreversiblemente contaminadas.
Algunas ciudades de todo el mundo ya cuentan con sistemas no planificados de reutilización de aguas residuales, lo que demuestra la viabilidad y seguridad de esta práctica. Sin embargo, para una adopción más amplia, es esencial superar los obstáculos normativos y lograr la aceptación pública, sobre todo en lo que respecta a la gestión de proyectos del plan hidrológico promulgado por el Presidente de la República Francesa.
Los procesos avanzados de tratamiento para potabilizar el agua incluyen varias etapas fundamentales:
Estas etapas son esenciales para eliminar las partículas sólidas y la materia orgánica. A continuación, se utiliza la ozonización o la desinfección UV para neutralizar los virus y las bacterias patógenas.
También se suelen utilizar tecnologías como la ósmosis inversa y la filtración por membranas, como la ultrafiltración y la nanofiltración, para eliminar los contaminantes microbiológicos y químicos. Estas técnicas garantizan que el agua producida sea segura para el consumo humano, cumpliendo las normas de calidad más estrictas.
Los marcos reguladores del agua potable procedente de aguas residuales tratadas deben garantizar unos niveles de seguridad compatibles con las normas nacionales e internacionales. La aceptación pública suele ser un obstáculo importante que hay que superar, por lo que se requieren campañas de información y concienciación para tranquilizar a los consumidores sobre la calidad y seguridad del agua reutilizada.
Los paneles informativos en espacios públicos que utilizan aguas residuales depuradas también pueden contribuir a informar al público.
Normativa y oportunidades para las aguas residuales tratadas REUT pretende optimizar la gestión de las aguas residuales y fomentar su reutilización en diversos sectores.
Eldecreto REUTde 2 de agosto de 2010 establece las bases para utilizar el agua procedente del tratamiento de aguas residuales urbanas para regar cultivos o zonas verdes.
En 2014, la Ordende 25 de junio de 2014 modificó la Orden de 2 de agosto de 2010 sobre el uso del agua procedente del tratamiento de aguas residuales urbanas para la agricultura o los espacios verdes.
A continuación se promulgó el Decreto nº 2022-336, de 10 de marzo de 2022, relativo a los usos y condiciones de reutilización de las aguas residuales depuradas.
El decreto REUSE, en línea con el Plan del Agua presentado por el Presidente francés el 30 de marzo de 2023, tiene como objetivo promover la reutilización del agua para hacer frente a los crecientes retos de la gestión de los recursos hídricos en Francia.
El objetivo es fomentar el uso de las aguas residuales depuradas, en particular para el riego agrícola y los usos industriales y urbanos, con el fin de hacer frente a los retos que plantean la escasez de agua y el cambio climático. Con vistas a impulsar la transición hacia una economía circular del agua, haciendo hincapié al mismo tiempo en la protección de la salud pública, miembros influyentes del Gobierno francés han iniciado un importante avance legislativo. Christophe Béchu, titular del Ministerio de Transición Ecológica y Cohesión Territorial, y sus homólogos, Aurélien Rousseau, responsable de Salud y Prevención, Agnès Firmin Le Bodo, responsable de Ordenación del Territorio y Profesiones Sanitarias, y Sarah El Haïry, dedicada a la Biodiversidad, han unido sus fuerzas para promulgarel Decreto nº 2023-835, de 29 de agosto de 2023, sobre los usos y condiciones de utilización de las aguas pluviales y residuales depuradas.
El objetivo de esta modificación del texto legislativo de los ministros del Gobierno es simplificar los procedimientos administrativos asociados a la reutilización de las aguas residuales tratadas (REUT), una medida visionaria para el medio ambiente y el bienestar de los ciudadanos. El decretodel 14 de diciembre de 2023 se refiere a las condiciones de producción y utilización de las aguas residuales tratadas para el riego de espacios verdes. Un nuevo decreto de 28 de diciembre de 2023 especifica los umbrales de calidad de las aguas residuales tratadas reut según el uso y los cultivos, permitiendo el uso de aguas de menor calidad con medidas de seguridad adicionales.
Estas normativas ofrecen oportunidades para mejorar los esfuerzos de conservación de los recursos hídricos y ayudar a los agricultores a acceder a fuentes seguras de agua para el riego de los cultivos.
La publicación del decreto REUSE nº 2024-33 de 24 de enero de 2024 establece normas específicas para el uso de aguas depuradas en el sector alimentario, garantizando así la salud pública.
El objetivo es establecer normas y prácticas específicas para el uso de las aguas tratadas, permitiendo que algunas aguas recicladas se utilicen como ingrediente en la producción de alimentos. Para obtener la autorización de producción y utilización, hay que presentar al Prefecto un expediente con información detallada y una evaluación de los riesgos para la salud y el medio ambiente.
La calidad de las aguas residuales tratadas es controlada por la instalación de producción y la instalación de uso, con un control reforzado durante los dos primeros años de autorización. Estas medidas garantizan que el agua reutilizada cumple las normas sanitarias más estrictas.
El agua reutilizada puede clasificarse según su calidad y su uso previsto, como riego o aplicaciones industriales. La calidad del agua reutilizada se clasifica en cuatro categorías según el decreto sobre aguas residuales tratadas reut: A, B, C y D, en función de parámetros analíticos.
Los usos autorizados excluyen determinados usos domésticos y recreativos, para garantizar la seguridad sanitaria.
Las tecnologías de filtración son esenciales para tratar las aguas residuales antes de su reutilización. Eliminan impurezas y contaminantes, garantizando la calidad del agua reutilizada. Los sistemas de filtración incluyen filtración gruesa, granular y de membrana, cada una diseñada para eliminar distintos tipos de contaminantes.
Estas tecnologías desempeñan un papel clave en el tratamiento de aguas residuales, haciendo que el agua sea segura para diversos usos.
La filtración gruesa se utiliza para eliminar las partículas grandes de las aguas residuales antes de las etapas de tratamiento más finas. Esta tecnología utiliza generalmente rejillas o tamices para eliminar la materia en suspensión.
Los sistemas de filtración gruesa son esenciales para preparar el agua para tratamientos más avanzados.
La filtración granular utiliza filtros de arena para una clarificación más avanzada del agua. Los filtros granulares pueden ser multicapa, combinando distintos materiales para mejorar su capacidad de retención de la materia en suspensión.
Este tipo de filtración es especialmente eficaz para eliminar pequeños sólidos en suspensión e impurezas orgánicas.
La filtración por membrana elimina la materia en suspensión sin turbidez, así como algunas bacterias y virus. Este método puede retener nutrientes beneficiosos o eliminar microalgas, en función de los requisitos específicos de reutilización del agua.
Las membranas utilizadas son capaces de filtrar microcontaminantes como virus y bacterias, garantizando un agua de alta calidad.
La reutilización de las aguas residuales reduce la cantidad de agua subterránea extraída, sobre todo en las zonas costeras. Esta práctica ayuda a mantener niveles satisfactorios de aguas subterráneas, evitando así su deterioro. En épocas de sequía, las aguas residuales tratadas pueden utilizarse para recargar las aguas subterráneas, lo que ofrece una solución sostenible para la gestión del agua.
Para integrar la reutilización de las aguas residuales en la gestión de las aguas subterráneas, es esencial mejorar el tratamiento del agua en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). Esta estrategia permite conservar los recursos hídricos, reducir la demanda de agua dulce y recortar los costes asociados al tratamiento y la distribución.
La reutilización de las aguas residuales depuradas contribuye a reducir el estrés hídrico mundial, que actualmente afecta a más del 40% de la población. Al mantener un nivel satisfactorio de las aguas subterráneas, esta práctica las protege. Contribuye a conservar los recursos naturales y a adaptarse al cambio climático.
En comparación con la desalinización del agua de mar, la reutilización de las aguas residuales es una opción más ecológica y menos contaminante.
Para integrar la reutilización de las aguas residuales en la gestión de las aguas subterráneas, se necesitan estrategias de aplicación eficaces. Esto incluye la mejora de los procesos de tratamiento en las depuradoras y la adopción de prácticas sostenibles.
Las aguas residuales tratadas también pueden verterse en zonas costeras sin riesgo para el medio ambiente, lo que ofrece un método de gestión más sostenible que la desalinización del agua de mar.
En Francia se recicla menos del 1% de las aguas residuales, pero la situación es diferente en otros países como Israel (90%) y España (14%). El cambio climático y el crecimiento demográfico están impulsando una revisión de los modelos de gestión del agua para garantizar un acceso sostenible. La reutilización de las aguas residuales depuradas forma parte de la economía circular, optimizando los flujos de agua desde su diseño hasta el final de su vida útil.
Los retos de la reutilización de aguas residuales incluyen la gestión de la percepción pública y la aplicación de normativas estrictas. Sin embargo, las perspectivas son prometedoras, con iniciativas para sextuplicar el volumen de aguas residuales recicladas en los próximos años.
Las aguas residuales tratadas pueden contener microorganismos patógenos y sustancias químicas orgánicas e inorgánicas potencialmente tóxicas. Es necesario supervisar y controlar periódicamente las aguas residuales tratadas para garantizar su seguridad.
La salud pública es, por tanto, un problema importante en la reutilización de las aguas residuales, que exige medidas rigurosas para proteger a los consumidores.
Las perspectivas de reutilización de las aguas residuales son alentadoras. La Comisión Europea aspira a multiplicar por seis los volúmenes de aguas residuales recicladas para reducir la presión sobre los recursos hídricos. Esta iniciativa está en consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo, que apoya una gestión más sostenible y eficiente del agua.
El decreto REUSE impone normas estrictas de control y gestión de los flujos de agua para garantizar la seguridad y la eficacia de las prácticas de reutilización. Los caudalímetros ultrasónicos están demostrando ser herramientas indispensables en este contexto. Gracias a su capacidad para medir con precisión los caudales sin contacto directo con el líquido, permiten un control continuo y fiable de los volúmenes de agua reutilizada. Su fácil instalación y bajo mantenimiento los hacen ideales para las plantas de tratamiento de aguas.
Estos caudalímetros proporcionan datos en tiempo real, lo que facilita la toma de decisiones informadas y la optimización de los sistemas de reutilización. Al integrar la tecnología de caudalímetros ultrasónicos en los sistemas de gestión del agua, las empresas pueden cumplir las obligaciones normativas al tiempo que mejoran la eficiencia operativa y la sostenibilidad medioambiental.
Los caudalímetros ultrasónicos no intrusivos utilizan la tecnología de señales ultrasónicas en tiempo de tránsito para medir el caudal de aguas residuales industriales a través de tuberías de cualquier tamaño. Estos contadores de agua proporcionan una medición precisa del caudal para controlar el consumo de agua en tiempo real. Con protección IP64, estos dispositivos son resistentes al polvo y a las salpicaduras de agua, lo que garantiza una medición segura y fiable de los caudales de agua.
Los caudalímetros ultrasónicos pueden medir el caudal de suministros de agua potable, plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas de riego. Los transductores de pinza ofrecen una instalación sencilla y una flexibilidad excepcional para una gran variedad de aplicaciones agrícolas.
Los caudalímetros ultrasónicos de montaje fijo, como el caudalímetro Time Delta-C de Fuji Electric, ofrecen una adaptabilidad excepcional a una gran variedad de sistemas industriales, con diámetros de tubería que oscilan entre 13 y 6000 mm. Estos dispositivos son ideales para la gestión de recursos hídricos urbanos, ya que proporcionan una medición de caudal precisa y fiable, esencial para optimizar el uso del agua en entornos urbanos.
Los caudalímetros ultrasónicos de pinza no intrusivos ofrecen muchas ventajas para medir y controlar el caudal de agua potable. Entre las ventajas de los caudalímetros ultrasónicos se incluyen la ausencia de corte de tuberías y la ausencia de riesgo de contaminación de fluidos.
Su uso garantiza la calidad del agua y la seguridad de los consumidores.
La reutilización de las aguas residuales es una solución prometedora a los problemas de gestión del agua en el mundo. Desde los usos industriales al riego agrícola, pasando por las aplicaciones urbanas y el agua potable, esta práctica ofrece considerables ventajas económicas, medioambientales y sanitarias. El desarrollo de tecnologías avanzadas de tratamiento y filtración, combinado con normativas estrictas y dispositivos de medición precisos como los caudalímetros ultrasónicos, garantizan la seguridad de la calidad del agua y la eficacia de la reutilización de las aguas residuales.
Adoptando estas prácticas en Francia, podemos reducir nuestra dependencia del agua dulce, proteger los recursos naturales y garantizar un futuro sostenible. Reciclar las aguas residuales no es solo una necesidad, sino también una oportunidad para replantearnos nuestra gestión del agua y construir un mundo más resiliente y respetuoso con el medio ambiente.